Publicado: 30/11/23
| Actualizado: 30/12/23
Cuando el perfeccionismo y la procrastinación se parecen
Tim Peters, el creador del algoritmo de ordenación híbrido Timsort, ha hecho numerosas e importantes contribuciones al lenguaje de programación Python. De entre todos esos aportes, uno de los que mas destaca es el famoso y memorable Zen de Python.
El Zen de Python es una colección de aforismos que actúan como principios a seguir y que influyen en el diseño del lenguaje en sí. Los podés leer acá o través del interprete de Python tan solo escribiendo "import this" (sin las comillas).
Cuando intento crear algo o tan solo practicar algunos conceptos en Python, intento tener en mente estos aforismos. Pero de todos ellos, el que quiero rescatar es este: "Now is better than ever" o "Ahora es mejor que nunca".
Y acá es donde me pongo filosófico y autocrítico. La cantidad de cosas que he pospuesto porque "me faltan conocimientos", "lo haré cuando tenga más capacidad", y un largo etc. Todas excusas para no reconocer que soy un perfeccionista en toda regla jaja. Y ojo, que no es malo en sí mismo ser perfeccionista, el tema es cuando te detiene. Lo que me lleva al siguiente punto: el perfeccionismo es lo mismo que la procrastinación, porque aunque tengan fuentes distintas, producen el mismo resultado. Dejame contarte una pequeña historia.
Marta Graham, la icónica coreógrafa, bailarina y profesora de danza estadounidense, cuya influencia en la danza es equiparada a la que tuvo Picasso en las artes plásticas, Stravinsky en la música o Frank Lloyd Wright en la arquitectura, tenía este vicio característico de muchas personalidades que marcaron un antes y un después en distintos ámbitos: era una perfeccionista.
"Está perdido, todo el trabajo de un invierno está perdido", expresó en el invierno de 1931 durante la producción de una coreografía llamada Ceremonials. Y es que se hallaba consumida por la autocrítica, la culpa y la preocupación de no estar a la altura de su creciente reputación y mucho menos estar a la altura de la visión que tenía en su cabeza.
Todas las personas a su alrededor, las que trabajaban con ella, amaban su trabajo. Pero ella sólo podía ver lo que había que cambiar, lo que había que mejorar. Todas las formas en las que lo que hacía no era perfecto. Y eso no le ocurría solo a Graham, ya que personajes del calibre de Da Vinci, Steve Jobs o Ralph Ellison también lo sufrían.
¿Sabés cuál es el problema? Que los altísimos estándares que los caracterizaban y los hicieron grandes también terminaban siendo de alguna manera una prisión cuya llave estaba en sus propias manos pero que decidían "arrojar" por ahí hasta que pudieran perfeccionar lo que hacían.
No me malinterpretes, buscar la perfección (suponiendo que existe) es algo que puede ser bueno, pero cuando perdemos el control de eso, se transforma en obsesión. Esa obsesión luego conduce a excusas. Y esas excusas son las que te frenan. Como dicen, otra forma para deletrear perfeccionismo es "p-a-r-á-l-i-s-i-s".
Lamentablemente, es algo que me ha afectado (y me sigue afectando aunque en menos medida) de manera personal a varios niveles. Sólo que antes no me daba cuenta. Ojo, tampoco es que me compare con todos estos grandes, pero no hace falta marcar un antes y después en la historia de la humanidad para padecer de este perfeccionismo desmedido.
Si en tu búsqueda de hacer las cosas bien te paralizás porque pensás que no es lo suficientemente bueno, entonces lo estás sufriendo. Y ahí es dónde el perfeccionismo y la procrastinación producen el mismo resultado: por lo que sea que fuera, no lo hiciste. Lo dejaste para después, porque no tenías ganas o porque pensabas que no sería suficiente (o vos no serías suficiente). Entonces, si te quedás paralizado/a, tu potencial también.
Hasta ahora lo que te estoy diciendo parece como un callejón sin salida. Solía preguntarme: "¿Qué me queda entonces? ¿Aspirar a hacer las cosas 'mas o menos' porque si me dejo guiar por el perfeccionismo inevitablemente me voy a quedar paralizado?" No, no es así. Logré darme cuenta de que no es una dualidad, no es "o lo hago bien y me enfrasco o lo hago así nomás con tal de hacerlo y listo". Hay un punto de equilibrio en el medio (en mi opinión) y es:
* La disciplina para intentar prestar atención a los detalles y ofrecer algo de calidad
* La paciencia para evitar apresurarse y querer terminar antes de tiempo
* La disciplina para finalmente detenerte y decir "esto está listo"
Este blog que hice es el recordatorio que quiero dejar para mi futuro yo, para recordarle que ahora es mejor que nunca. Vos sabés que había hecho uno un tiempito atrás. Hice un post y compartí en LinkedIn el resultado, todo re entusiasmado. Pero lo colgué, me parecía que no estaba bueno. Que podría hacerlo mejor. Y así dejé pasar meses otra vez, cuando podría haber compartido las cosas que ya estaba aprendiendo en ese momento.
Y de hecho, pensaba procrastinar este blog también. "¿Y de qué voy a hablar si tampoco tengo tanto conocimiento técnico? Tampoco sé escribir y redactar como para enganchar la atención de nadie (mención aparte: si estás leyendo esto entonces taaaan mal no escribo, aunque te agradezco la paciencia jaja)." Y bueno, así con varias cosas. Creo que entendés a lo que voy. No sé qué es eso que denominamos "perfecto", pero yo quería que este blog lo fuera. ¿Y sabés qué? No lo es a lo mejor, pero está ahí "fuera" listo para que todo aquel que lo encuentre lo vea y pueda encontrar algo de valor. Superé mis propias excusas y te animo a que hagas lo mismo. En esos momentos donde pienses cosas de este estilo, quiero regalarte esta frase que Louis Horst, el director musical de Marta Graham, le expresó en uno de esos tantos momentos donde el perfeccionismo la tenía casi que paralizada:
“No siempre se puede crear en el mismo nivel. La Sexta Sinfonía siguió a la Quinta, pero sin la Sexta, no tendríamos la Séptima. Las transiciones son igual de importantes que los logros”.
- Louis Horst
Mandate. Arrancá. ¿Tenés una idea? Investigá pero no te quedes ahí. EJECUTÁ. Acción, acción, acción. Obvio, que tus pasos también estén acompañados de visión, pero ponete en movimiento. Supongo que si estás en este blog probablemente seas programador/a, así que en este caso lo que más se tienen que mover son tus deditos sobre el teclado jaja. A poner manos a la obra, sabiendo que una vez que empezás, vas a avanzar (parece obvio, pero no tanto), y vas a fallar pero también vas a saber dónde mejorar. No quiero que esto se parezca al típico post motivacional de LinkedIn, pero me estaría costando lograrlo. Acordate: ahora es mejor que nunca, hecho es mejor que perfecto.
Python / ETL dev | Data Engineer en progreso | Musico | Nerd de yerbas varias